viernes, 3 de febrero de 2017

El secreto que esconden los ojos de Bowie


Ten cuidado en tu próxima pelea.



Desde el aterrizaje de Bowie en el planeta Tierra, la galaxia entera ha quedado maravillada con el majestuoso talento de este artista, en todos los sentidos posibles de la palabra. Su voz, su mágica forma de componer e interpretar, y desde luego: la extravagancia y opulencia de su naturalidad lo convierten en un misterio luminoso, una leyenda.

Sin duda alguna, uno de los misterios más grandes del planeta Bowie es el origen de su anisocórica mirada, la cual muchos se la han atribuido a la heterocromia, el defecto de fábrica que pinta tus ojos de diferentes colores. Pero en realidad El Rey del Glam debe esta característica a un suceso muy fortuito en su vida. Una chica. Dos amigos. Una sortija en el dedo y un puñetazo en la cara. Esta es la verdadera historia de los ojos del artista más misterioso de todos los tiempos. 



Era 1962, y nos encontrábamos con un Bowie más rebelde y fogoso que nunca, estaba en la cúspide de sus quince años, sus locas hormonas de adolescente brioso y apasionado se habían fijado en la chica más atractiva del colegio, vaya problema,  era la misma muchachita que hacía meses su gran amigo George Underwood estaba tratando de ligarse. Luego de citarse a una batalla campal por conquistar a la seductora señorita, los dos artistas se agarraron a los golpes cual salvajes leones enfrentándose por su hembra. Pero Bowie no contaba con algo: en la mano de su rival se alojaba un anillo con una gema incrustada, el cual fue a parar directo a su ojo izquierdo, causándole a su pupila una dilatación inmediata.

Después todo fue un caos, a Bowie tuvieron que realizarle al rededor de siete cirugías en su ojo, cuya pupila  ahora era dos veces más grande que la del ojo derecho -por tal razón se ven de diferente color, cuando en realidad sólo difieren en tamaño- . Por lo cual tuvo que dejar el colegio por varios meses. Se esperaba lo peor, puesto que, las posibilidades de poder volver a ver eran muy pocas. 

Pero todo resultó bien para el Camaleón del Rock, pues varios meses después pudo recuperar la visión de su ojo izquierdo, y como recordatorio le quedó una de las miradas más enigmáticas e hipnóticas del mundo del espectáculo, sin duda alguna el sello personal de su obra artística.


Disturbio Morboso.

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